EL CASO DEL SOLADOR QUE NO SE SABÍA LA LEY DE LA GRAVEDAD

El sumidero que no recoge nada

Se trata de un sumidero situado en el pavimento de una zona recreativa comunitaria situada en el interior de un Conjunto Residencial.

Parece mentira que en el proyecto alguien se molestara en dibujar un sumidero para recoger el agua de lluvia para que luego un operario inexperto o mal supervisado lo convirtiera en un “adornoinútil que no sirve para recoger nada.

Para que funcione un sumidero tiene que estar más bajo que el pavimento

Es evidente que cuando la rejilla situada en el plano superior del sumidero, se coloca a una cota más elevada que el pavimento que la circunda, el agua de lluvia y/o de riego no puede ser evacuada hacia el saneamiento.

Y el agua se embalsa sobre el pavimento durante el tiempo necesario hasta que se seque, ensuciando las baldosas con sus impurezas.

Y eso si no llega a filtrarse a las dependencias situadas debajo, si en algún punto falla la impermeabilización del forjado que soporta el pavimento.

Y es que el agua es muy lista y a veces se sabe mejor la ley de la gravedad que el operario que colocó el sumidero.

Para terminar, qué tal si lo calificamos de “gilipoyuá” y mandamos a “hacer la puñé” al responsable

Para terminar, me viene a la memoria la ingeniosa parodia de Tip y Coll demostrando cómo había que llenar un vaso de agua. Cuando Coll ponía el vaso más alto que la jarra y el agua no caía en el vaso, Tip chapurreaba en francés: “Regardé la gilipoyuá” y tras caer el agua al suelo, ratificaba: “Y la madam de la limpié nos mandaré a hacer la puñé

No hay más que ver como ha quedado el suelo de la zona recreativa para confirmar la “gilipoyuá” y esperar que “la madam de la limpié” mande al responsable a “hacer la puñé”.

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