EL CASO DEL PILAR EN CONTACTO SIN TACTO

Si hay dos materiales en contacto, el más débil se lleva la peor parte

En construcción se emplean materiales de diversa composición con diferentes propiedades. Cuando dos materiales distintos se colocan próximos, la interrelación entre ambos acentúa esas diferentes propiedades. La regla a cumplir es que si dos elementos constructivos van a estar en contacto, que el contacto sea “con tacto”, es decir previendo los efectos entre ellos. Si el contacto es “sin tacto”, los dos elementos entran en conflicto y el más débil sufre las consecuencias

Una cosa es rodear un pilar y otra cosa es abrazar un pilar

En la actualidad, la solución estructural más habitual en los edificios, es la formada por pórticos constituidos por vigas y pilares de hormigón armado o perfiles laminados de acero. Al tratarse las vigas y los pilares de elementos lineales, es necesario dotar a las dependencias construidas, de un cerramiento perimetral realizado con fábrica de ladrillo. Por tanto, los cerramientos de fábrica de ladrillo de los edificios modernos, no poseen ninguna función resistente o estructural.

La fábrica de ladrillo, que actúa como cerramiento, habitualmente rodea los pilares que forman parte de los pórticos estructurales [se denomina pilar al elemento estructural de posición vertical que transmite la carga de las vigas hasta la cimentación].

Para evitar que las deformaciones que sufren los pilares al entrar en carga, se transmitan al cerramiento de ladrillo que los rodea, las normas de la buena construcción establecen la realización de una cámara de separación entre ambos. La anchura de la cámara debe ser de mayor medida cuando se trata de pilares de gran esbeltez o de pilares separados entre sí, más de lo habitual [se denomina esbeltez a la proporción entre altura y anchura de un elemento constructivo].

Dejemos que los pilares puedan deformarse sin afectar a su entorno

Cuando los pilares tienen más esbeltez de lo habitual, los operarios encargados de la albañilería, han de tener en cuenta esta circunstancia al trazar el cerramiento de ladrillo que circunda los pilares.

Si la medida de la cámara de separación entre el pilar y el cerramiento es insuficiente, las deformaciones derivadas de la entrada en carga de la estructura se transmiten al cerramiento, provocando la aparición de fisuras verticales.

Es por ello, que un pilar sin margen para independizar su deformación de los elementos contiguos, es una solución técnicamente incorrecta.

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